Saliendo del túnel

El camarero tarda demasiado en servir. Eso me impacienta. No entiendo qué cojones pasa. Ana está tranquila. Parece que no le importa el retraso. A mí sí.
Joder, Ana. Tardan mucho en servirnos. Es intolerable. Me están tocando los huevos.—
—Mira, ahí viene con tu plato.—Cierto. Ana ve a mis espaldas al camarero con un plato rectangular. Rissotto vegetal. Siempre pido rissotto vegetal cuando voy a La Petit Bretagne. Es una elección que no me cansa. El que me cansa es el puto camarero de los cojones.
Fulmino con la mirada al chico que me trae la comida. Sin pensarlo, cojo el tenedor y ataco al rissotto. Justo cuando cargo el cubierto con el arroz y las verduras, levanto la vista hacia Ana.
—¿No te importa que empiece a comer, no?—Pregunta retórica a todas luces.
—Sí, bueno, ..., eh, mi comida está a punto de llegar. ¿Puedes esperar unos minutos?—
—¿Esperar unos minutos? ¿Estás de coña? Claro que no. ¿Qué más te da que empiece a comer ahora mismo? ¿Te afecta en algo?—
—Vinimos a comer juntos. Si empiezas a comer ahora, no comemos juntos.—Ana consigue sacarme de quicio más rápido que el camarero.
Claro que estamos comiendo juntos. Yo empiezo ahora y tú ya empezarás. ¿Cómo que no estamos comiendo juntos? ¿Eres una puta loca o qué?—
—Tienes que esperar a que traigan mi comida. Un poquito de educación, por favor.—Ana también se cabrea. Estupendo.
—Pero, ¿qué clase de persona eres? Te hice una pregunta retórica. Tenías que haber dicho "no, no me importa". ¿Qué cojones dices? "Sí que me importa, sí que me importa". ¿Qué sales, de un puto zoológico de majaderos? Eres una hija de puta esnob de primera. ¡Que te den por culo!.—Creo que acabo de perder los papeles por completo. Ahora que volvía a tener una cita, que iba a volver a tener sexo, lo estropeo. Pero es verdad, ella me provocó.
Ana me tira el vaso de agua a la cara. Aprieto el cuchillo con fuerza y, por un segundo, dudo entre abalanzarme sobre ella y quedarme sentado. Opto por la calma. El restaurante está lleno. Incluso tuvimos que congelarnos en el reservado de la entrada, apiñados con otras parejas, mientras esperábamos que desalojasen una mesa. Intento autoconvencerme de que lo mejor es dejar pasar este incidente. Ya tendré ocasión de que no caiga en saco roto.

1 comentario:

Liberto Brau dijo...

Excelente escritura, y no menos sugestivos los contenidos, los literarios y tus reflexiones... Fue una agradable sorpresa encontrarte… Ojalá tengas curiosidad por el mío que recién comencé hace una semana a publicar una novela por capítulos, “Amanece púrpura”; una novela en proceso, de la que ya he editado una parte del segundo capítulo. Iré escribiendo los siguientes siempre que haya lectores “suficientes” y “paguen” su lectura con el impuesto revolucionario de sus comentarios… Bueno, hasta otra, en tu casa o la mía… Un saludo cómplice. Volveré.